sábado, 25 de abril de 2020

Leamos un cuento matemático


 Compartimos una narración que forma parte del libro El Hombre que Calculaba, escrito por Malba Tahan (seudónimo del escritor brasileño Julio César Mello de Souza). Debido a su gran potencial, esta obra podría ser utilizada por los docentes para el logro de aprendizajes significativos de forma divertida y desafiante.
Lectura sugerida para estudiantes del  VI ciclo para contribuir al logro del estándar de las competencias:
ü Resuelve problemas de cantidad (área curricular: Matemática)
ü Lee diversos tipos de textos escritos en lengua materna (área curricular: Comunicación)

LA REPARTICIÓN DE LOS 35 CAMELLOS
Hacía pocas horas que viajábamos sin ningún contratiempo, cuando nos sucedió una aventura digna de ser narrada, en la cual mi compañero Beremís puso en práctica, con gran talento, sus habilidades de incomparable algebrista.
Muy cerca de una antigua posada medio abandonada, encontramos tres hombres que discutían acaloradamente al lado de un lote de camellos.
El inteligente Beremís trató de informarse de qué se trataba.
-Somos hermanos -dijo el más viejo- y recibimos, como herencia, esos 35 camellos. Según la expresa voluntad de nuestro padre, debo yo recibir la mitad, mi hermano Hamed Namir una tercera parte, y Harim, el más joven, una novena parte. No sabemos, sin embargo, cómo dividir de esa manera los 35 camellos, y a cada división que uno propone protestan los otros dos, pues la mitad de 35 es 17 y medio. ¿Cómo hallar la tercera parte y la novena parte de 35, si tampoco son exactas las divisiones?
-Es muy simple -respondió el “Hombre que calculaba”-. Me encargaré de hacer con justicia esa división si me permiten que junte a los 35 camellos de la herencia, este hermoso animal que hasta aquí nos trajo en buena hora.
Traté de intervenir en la conversación:
-¡No puedo consentir semejante locura! ¿Cómo podríamos dar término a nuestro viaje si nos quedáramos sin nuestro camello?
-No te preocupes del resultado, “bagdalí”-me dijo en voz baja Beremís-. Sé muy bien lo que estoy haciendo. Dame tu camello y verás, al fin, a qué conclusión quiero llegar.
Fue tal la fe y la seguridad con que me habló, que no dudé más y le entregué mi hermoso “jamal”, que inmediatamente juntó con los 35 que allí estaban, para ser repartidos entre los tres herederos.
-Voy, amigos míos – dijo dirigiéndose a los tres hermanos -, a hacer una división exacta de los camellos, que son ahora 36.
Y volviéndose al más viejo de los hermanos, así le habló:
 -Debías recibir, amigo mío, la mitad de 35, o sea 17 y medio. Ahora recibirás en cambio la mitad de 36, o sea 18. Nada tienes que reclamar, pues es bien claro que sales ganando con esta división.
Dirigiéndose al segundo heredero, continuó:
-Tú, Hamed Namir, debías recibir un tercio de 35, o sea 11 camellos y pico. Vas a recibir un tercio de 36, o sea 12. No podrás protestar, porque también es evidente que ganas en el cambio.
Y dijo, por fin, al más joven:
-A ti, joven Harim Namir, que según la voluntad de tu padre debías recibir una novena parte de 35, o sea, 3 camellos y parte de otro, te daré la novena parte de 36, es decir, 4, y tu ganancia será también evidente, por lo cual solo te resta agradecerme el resultado.
Luego continuó diciendo:
-Por esta ventajosa división que ha favorecido a todos vosotros, tocarán 18 camellos al primero, 12 al segundo y 4 al tercero, lo que da un resultado (18+12+4) de 34 camellos. De los 36 camellos sobran, por lo tanto, dos. Uno pertenece, como saben, a mi amigo el “bagdalí” y el otro me toca a mí, por derecho, y por haber resuelto a satisfacción de todos el difícil problema de la herencia.
-¡Eres inteligente, extranjero! – exclamó el más viejo de los tres hermanos-. Aceptamos el reparto en la seguridad de que fue hecho con justicia y equidad.
El astuto Beremís –el “Hombre que calculaba”- tomó posesión de uno de los más hermosos “jamales” del grupo y me dijo, entregándome por la rienda el animal que me pertenecía:
-Podrás ahora, amigo, continuar tu viaje en tu manso y seguro camello. Tengo ahora yo, uno solamente para mí.
Y seguimos nuestra jornada hacia la ciudad de Bagdad.

Actividades propuestas
Para el área de Matemática:
1.       ¿Qué opinas del reparto de los camellos hecho por Berimís?
2.       ¿La operación realizada por Beremís está bien hecha? Explica
3.       ¿Cuál es el motivo por el que sobran dos camellos después de la repartición realizada por Beremís?
4.       Observa el siguiente razonamiento a base de los datos de la narración: ½+1/3+1/9 = 17/18 ¿A qué conclusión arribas? ¿Será que esta expresión sirvió a Beremis  para deducir  su ganancia?
Para el área de Comunicación:
1.       ¿Quién es el narrador de la historia leída?
2.       En el primer párrafo, el narrador dice que Beremís es un “incomparable algebrista”. ¿Por qué le califica de esa manera?
3.       ¿Crees tú que Beremís usó habilidades comunicativas para solucionar el problema de la repartición de los camellos? Fundamenta tu respuesta.
4.       Según el cuento leído, ¿hay relaciones entre la matemática y la comunicación? Fundamenta tu respuesta.

Chachapoyas, en tiempos del reinado del COVID-19


Jamilton Loja Maldonado
Especialista en Educación – DRE Amazonas

Maximo Humberto Damacén Huamán
Especialista en Educación – DRE Amazonas


Este material lo puede descargar en el siguiente enlace👉LEAMOS UN CUENTO MATEMÁTICO 

Dirección de Gestión Pedagógica
Elver Puerta Salazar
Director

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