lunes, 13 de abril de 2020

Leamos un cuento


Sugerido para estudiantes del  VI y VII ciclo de la EBR

1.    Antes de la lectura
ü  ¿Crees que existe el Diablo? ¿Por qué?
ü  En el mundo existen muchos males: guerras, enfermedades, hambre, etc. ¿Por qué crees que ocurren cosas malas?
ü También las personas tenemos malos sentimientos: envidia, rencor, odio. ¿Por qué, algunas veces, actuamos mal las personas?
ü Según el titulo del siguiente cuento, es el Diablo quién repartió los males por el mundo. Si aceptamos que ocurrió así, ¿cómo crees que lo hizo?

2.   Lee con atención el siguiente texto
ü  Lee en forma silenciosa el texto completo.
ü  Relee el texto tratando de captar el sentido. Es necesario que infieras por el contexto el significado de las palabras que no conoces.



Cómo el diablo repartió los males por el mundo
Ciro Alegría


Voy a contarles, y no lo olviden, porque es cosa que un cristiano debe tener presente, y que diremos a nuestros hijos con el encargo de que le repitan a los suyos, y así continúe transmitiéndose, y nunca se pierda.
Esto ocurrió en un tiempo en que el Diablo salió a vender males por la tierra. El hombre ya había pecado y estaba condenado, pero no había variedad de males. Entonces, el Diablo, con su costal al hombro, iba por todos los caminos de la tierra vendiendo los males que, en polvo, llevaba empaquetados.
Había polvos de todos los colores, y cada polvo correspondía a un mal diferente. Ahí estaban: la miseria, la enfermedad, la avaricia, el odio, la opulencia y la ambición que es un mal cuando no es la debida, y he aquí que no había mal que faltara… y entre estos paquetes había uno chiquito y con polvito blanco, que era el desaliento.
La gente se acercaba al Diablo, para comprarle enfermedad, miseria, avaricia, y los que pensaban más, compraban opulencia y también ambición… Y todo era para hacerse mal entre los mismos cristianos.
El Diablo les vendía cobrándoles buen precio, pero a aquel paquetito con polvito blanco lo miraban, mas nadie le hacía caso…
“¿Qué es eso?”, preguntaban por pura curiosidad. Y el Diablo respondía: “El desaliento”. Y ellos decían: “Eso no es gran mal”, y no lo compraban.
El Diablo se enojaba, pues, la gente le parecía demasiado cerrada de ideas. Y cuando de casualidad o por mero capricho alguno lo quería comprar, preguntaba: “¿Cuánto?”, el diablo respondía: “Tanto”. Era pues un precio muy caro, más precio que el de toditos los paquetes, y he aquí que la gente se reía diciendo que por ese paquetito que no contenía tan gran mal, no estaba bien cobrar tanto. Insultaban también al Diablo, diciéndole que era muy diablo por quererlos engañar así…
Y el Diablo tenía cólera y también se reía viendo cómo no pensaba la gente…
El Diablo vendió todos los males, pero nadie le quiso comprar aquel paquetito que contenía el polvo del desaliento y que no era gran mal; a pesar que el Diablo insistía: “Con éste, todos; sin éste, ni uno”.
Sólo quedó el paquetito del desaliento, por el cual no daban ni un cobre. Entonces, el Diablo, con más cólera todavía y riéndose con la misma risa de un diablo, dijo: “Esta es la mía”, y echó al viento aquel polvo para que se fuera por todo el mundo.
Desde entonces, todos los males fueron peores, por ese mal que voló por los aires y enfermó a todos los hombres. Sólo, pues, hay que reparar, nada más, para darse cuenta…
Si es afortunado y poderoso, pero cae desalentado por la vida, nada le vale y el vicio lo empuña.
Si es humilde y pobre, entonces el desaliento lo pierde más rápido todavía…
Así fue cómo el Diablo hizo mal a toda la Tierra; pues, sin el desaliento ningún mal podría pescar a un hombre.
Es así como está en el mundo, donde algunos más, donde otros menos; siempre nos llega y nadie puede ser bueno de verdad, pues no puede resistir, como es debido, la lucha fuerte del alma y el cuerpo que es la vida.
Niños del mundo: ¡Jamás permitan que el desaliento empuñe sus corazones!


El autor

Ciro Alegría fue un escritor peruano (1909 – 1967). Es autor de las siguientes novelas: La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1938) y El mundo es ancho y ajeno (1941) y Lázaro (1972).






3.   Para dialogar a partir del texto leído

ü  ¿Qué males compraba más la gente? ¡Con qué propósito compraba esos males?
ü  ¿Qué mal no pudo vender el Diablo? ¿Por qué nadie le compró ese mal?
ü  Según el cuento, ¿por qué el desaliento es el peor mal de todos?
ü  ¿Cómo podríamos evitar que el desaliento empuñe nuestros corazones?
ü  ¿Crees tú que realmente el Diablo es el responsable de los males que nos ocurren?  Justifica tu respuesta.


                                                                                  Jamilton Loja Maldonado
                                                            Especialista en Educación Secundaria
Comunicación



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Director

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